Uve doble de infinitos picos

No es por ponerme frívolo, pero si finalmente se confirma que en 2015 toda la Europa pudiente entra en recesión, es para ponerse en pie y hacerle una ola a las autoridades europeas, por inútiles, y a las españolas en particular, por inoportunas. Viejo Continente sin pena ni gloria, este que nos toca.

Si la memoria no me falla, y creo que no, a principios de 2009 una de las consignas que más se oía entre los líderes franceses era que para superar la crisis hacía falta refundar el capitalismo. Oigan, van para seis años y después de tanta palabrería, tenemos lo mismo de siempre. Cuando los franceses tenían lo que hay que tener, en diez años les dio tiempo a levantarse en armas, implantar el régimen jacobino y proclamar a un emperador. Hay que ver los reflejos que hemos perdido desde aquel 14 de julio.

Se gastará mucha saliva inútil y tendremos otra recesión. La primera crisis de la historia en forma de uve doble con tres picos. Y ya les adelanto yo que se acostumbren a vivir así. Esta uve doble es de infinitos picos, porque se basa en un sistema clientelar y pluridependiente en el que cualquier atisbo de recuperación tiene esperando a más bocas hambrientas de las que puede alimentar. Perviven demasiados estamentos que se consideran con derecho a capitalizar el más mínimo impulso. Somos un motor ahogado en su propia gasolina: por más que aceleremos, no podremos arrancar hasta que no depuremos el motor y echemos a los chupasangres que nos lo tienen gripado.

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