Y ahora, los Castro fuera

Pues va a ser una de las pocas veces que suscribo palabra por palabra lo que dice un diario conocido por la capacidad de su director de estar en todas las tertulias de la tele, pero sí, lo hago: “Y ahora, Cuba libre”. Si con el embargo no pudo ser, que sea sin él. Pero que sea de una vez.

La Cuba idealizada de algunas producciones artísticas y de no poca literatura de política-ficción puede ser la que en cada caso se nos quiera pintar. Que si la sanidad, que si la educación o que si la convivencia en valores socialistas. Nasti de plasti. Todos los dictadores que en el mundo ha habido y hay tienen también a sus admiradores, secretos o públicos según lo políticamente correcto de la ideología que dice sustentar al dictador; y hasta pulula por el mundo un español que ejerce de Relaciones Públicas de Corea del Norte. Es decir, fumados del poder omnímodo siempre ha habido.

Pero en esto no se puede ir con medias tintas. No conozco a muchos cubanos pero ayer uno de ellos me decía que hoy hay muchos cubanos tristes por la noticia. Espero de veras que se equivoquen y que a fin de cuentas esta sea la primera de muchas alegrías. Espero y deseo que la intercesión del Papa incluya también como garantía recíproca que los Castro abandonen el poder, y ellos y su séquito se marchen y pasen el resto de sus días con el mismo miedo que durante 56 años han inculcado a la población. Solo lamentaré que se nos marchen pronto, tan crecidos como están estos dinosaurios. No dará tiempo a que paguen por toda la libertad usurpada a su pueblo.

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