‘Fintech’, cuando el alumno enseña al maestro

La fiebre tecnológica y la escasez de tiempo para ir al banco han abierto un nuevo nicho de mercado, el de la financiación alternativa, que en 2025 moverá en España alrededor de 30.000 millones de euros

La financiación alternativa se ha convertido en el máximo exponente de cómo llevar a la práctica la filosofía oriental de que hay que convertir la crisis en oportunidad. La tormenta perfecta que se dio en el crédito a pymes durante el periodo de recesión abrió un nuevo nicho de negocio para el emprendimiento, “detectamos la necesidad de ofrecer una alternativa y decidimos lanzarnos”, explica Diego Bestard, director general en España de Spotcap.

Esta startup madrileña ha conseguido mover un volumen de más de 50 millones de euros, en apenas un año y medio de vida, financiando con entre 1.000 y 100.000 euros a pymes y autónomos Pero Spotcap es sólo uno de los proyectos que se integran del amplio espectro del Fintech o lo que es lo mismo, financiación alternativa a través de las TIC.

Un mercado que cada vez capta más usuarios y que, en España, moverá 30.000 millones de euros en 2025, según las estimaciones de Finanzarel, tecnológica que se dedica a gestionar online anticipos de facturas y descuentos de pagarés así como a financiar contratos u órdenes de compra. Progresión con la que escalaremos un par de puestos o tres en el ranking de los mercados europeos de financiación alternativa y en el que ahora ocupamos la sexta posición.

Si ampliamos al conjunto de la banca online, y según la Asociación Espa- ñola de la Banca (AEB), ésta habría multiplicado por 400 su beneficio en el último quinquenio, pasando de manejar volúmenes de 2,95 millones de euros en 2010 a 1.128 millones de euros en el tercer trimestre de 2015. Cifras nada desdeñables que han llevado a la banca tradicional no sólo a mirar con cariño a las empresas Fintech, sino también a aprender de ellas.

Y es que si por el momento la gran banca “no se siente amenazada por los volúmenes que gestionamos”, afirma Bestard, “tiene claro que algo va a cambiar”.

Destruir el exceso de margen

El cambio obliga a una mejora de la competitividad. “Vamos a destruir el exceso de margen y de rentas oligopolísiticas de los bancos”, afirmaba contundente Fernando Cabello – Astolfi, CEO de Aplázame, App que permite aplazar el pago de las compras en tiempo real.

Sin embargo, la realidad es que lejos de destronar a la banca tradicional, el Fintech se puede convertir en su mejor aliado, ya que “dependemos de su tecnología, de sus infraestructuras, de las vías de operación, etc…

No nos interesa hacer lo que hacen ellos pero sí que nuestro producto sea mucho más eficiente”, aclara el director de Spotcap. Valor añadido que será aprovechado además para reducir costes a la entidad que, externalizando servicios menores (crédito al consumo o el microcrédito), podrá especializarse en productos más complejos u orientados a segmentos de gran inversión.

Unai Asenjo, consejero delegado de Indexa Capital, primer gestor de ahorros e inversión automatizado en España, afirma que “no hay antagonismo. Todo lo contrario, son una condición habilitante” y añade, “aunque incómodos, por los costes extremadamente bajos que cobramos y la eficiencia en la negociación de las condiciones, somos un vehículo para presentarles clientes”.

No en vano y según datos de CB Insights, en Estados Unidos, seis grandes bancos habrían realizado inversiones estratégicas en más de 30 compañías de Fintech desde 2009. Por otra parte un estudio de Accenture desvela que el 80% de los inversores de Londres considera que trabajar con nuevas empresas fintech es una valiosa vía para atraer nuevas ideas a su negocio. A todo lo anterior se añade el dominio de las TIC de los emprendedores Fintech “se acercan para pedirnos consejo”, señala Asenjo.

Y es que parece que en los últimos años la banca tradicional ha renunciado al territorio tecnológico, “hemos conquistado un terreno abandonado por el banco”, presume Cabello – Astolfi. En la parte contraria, la regulación es el área en la que la banca tradicional “es una verdadera máquina”, afirma el CEO de Aplázame, por lo que “el encaje probablemente esté en que cada uno potencie lo que mejor sabe hacer, nosotros en tecnología y ellos en regulación”.