Heineken obtuvo un beneficio neto de 265 millones de euros en el primer trimestre del año, un 54,2% menos respecto al mismo periodo del ejercicio 2015 por la falta de extraordinarios, los cuales sí tuvieron un impacto positivo en las cuentas del año pasado por la venta de su embotelladora mexicana.

Pero las cosas no han ido mal a la compañía holandesa porque el volumen de ventas creció un 11% en el primer trimestre del año, alcanzando 43,5 millones de hectolitros comercializados.  Las ventas fueron positivas en todos los continentes. Su comercialización en África y Europa del Este creció un 12%, en América un 9,4%, en Asia Pacífico un 31% y un 5,2% en Europa.

Este contexto hace ver el futuro con buenos ojos. Nuestras expectativas para todo el año se mantienen sin cambios. La evolución adversa del cambio de moneda sigue lastrando nuestros resultados y los mercados de divisas seguirán volátiles», explicó el consejero delegado de Heineken, Jean-François Van Boxmeer.