Las preguntas y las respuestas más rumbosas de Castro y la Infanta

Ayer se hacía pública la transcripción de la declaración de la infanta Cristina ante el juez José Castro del pasado 8 de febrero. Al leerla, con mucho sentido del humor y risa floja, hemos reído aunque también hemos llorado. No es cuestión de determinar la inocencia o culpabilidad de la hija del Rey, pero no hemos podido resistirnos a hacer un pormenorizado análisis de las preguntas rumbosas del instructor del Caso Nóos y las, no menos flamencas respuestas, de Doña Cristina.

Sobre las clases de salsa

La mejor parte, sin duda, es la dedicada a las clases de merengue de los Duques de Palma, que supuestamente pagaron con dinero de Aizoon.

Juez: ¿Recibió clases de merengue?
Infanta Cristina: No lo recuerdo
J: Yo di clases de baile hace 30 años y todavía me acuerdo ¿Recibió su marido clases de salsa?
I: Lo desconozco
J: ¿Pero si lo hubiera recibido lo sabría?
I:
J: Por la manera de moverse. […]

Una sugerencia de Castro que la infanta Cristina ignora, no le contesta. A pesar de lo directo que ha sido en sus cuestiones.

Los repostajes en las estaciones de servicio y tickets de aparcamiento

Después de mucho preguntar por los gastos pagados con dinero de Aizoon, como gasolina, flores, restaurantes y hostales, uno de ellos llamado Isidro; el juez Castro opta incluso por obviar, visiblemente desesperado, algunos de los gastos más insignificantes. La infanta no da su brazo a torcer y dice no conocer nada de la empresa que compartía con su marido al 50%.

J: También de Viella; otro ramo de flores; suministros de ballestas; Auto Renting ya lo
quito, ya ni pregunto; una Estación de Servicio de los Pirineos; esta es de Barcelona, esta se me ha pasado y la he puesto aquí. Y ya señora no he metido, se lo digo honradamente, tickets de aparcamiento, por l euro, por 90 céntimos. Aquí tenemos también de consumiciones de Boston, esta es de Boston.

J: Aquí compra usted o quien sea, cuatro libros de Harry Potter, Harry Potter y la orden .. , y uno de creatividad. Para quién eran estos libros?
I: Me imagino que para nuestros hijos.
J: Tiene sentido que se carguen a Aizoon?
I: No, pero puede ser también una equivocación, no sé, yo no hice la compra, la puede haber hecho un tercero y haber sido una equivocación.
J: Sí, pero alguien tiene que decidir dónde se carga esto?
I: Yo no lo decido, lo decidía mi marido con sus asesores que le ayudan.
J: O sea, que esto lo ha hecho su marido?
I: yo no lo he hecho.
J: (…) Más Estaciones de Servicios donde pone repostaje, si usted lo mira aquí, repostaje SAR, parece ser que es Su Alteza Real, además es un Golf (es el coche de la Infanta); más reportaje del vehículo de Su Alteza Real, y también repostaje de la moto de Su Excelencia. ¿Utilizaba su marido alguna moto para los fines de Aizoon?
I: No lo sé Señoría.

Viajes personales cargados a Aizoon

Castro no se rinde y sigue dando nombres de hoteles, facturas de empresas que les mandaban personal doméstico, etc. A todas las preguntas Doña Cristina responde que no sabe, que no lo puede aclarar. Pero por fin da el juez con una respuesta positiva y que conoce.

J: Ya sé que esto es aburrido, pero es que yo le tengo que preguntar y usted me dirá lo mismo, vale, y yo lo acepto. Otra factura de Sarriá Serveis, que hemos dicho por servicio del personal doméstico; aquí tenemos de Albergo Santa chiara, aquí tenemos unas facturas. Usted recuerda haberse hospedado en Roma en este Albergo?
I: Sí Señoría.
J: Este hospedaje, este viaje fue por algún asunto relacionado con Aizoon, alguna gestión
que tuvieran que hacer con Aizoon?
I: No.
J: Fue personal?
I: Fue personal.

La mala memoria de la Infanta, que quedó patente en su declaración, podría asemejarse a la película de Drew Barrymore, «50 primeras citas» donde la protagonista cada mañana se levanta sin recordar absolutamente nada del día anterior.