“El gasto en educación garantiza la competitividad y el crecimiento económico”

Más allá de los ciclos económicos, las tendencias demográficas tienen una fuerza sobre los mercados mucho más grande, ya que el inversor no goza de ningún tipo de influencia sobre ellas. Una de esas tendencias más marcadas en el contexto actual es el envejecimiento de la población en Occidente.

Respecto a si es o no sostenible, si los mercados desarrollados están en condiciones de soportar el envejecimiento de sus ciudadanos, Miguel Sánchez reconoce que no se puede dar una respuesta general para el conjunto de países, sino que la situación dependerá de las particularidades que presente el proceso de envejecimiento en cada lugar, así como el nivel de vida del que se pueda gozar en él. Respecto a la repercusión que estos cambios demográficos acarrean para el tejido productivo de un país, el profesor entiende que “cada uno de los sectores necesita de una reestructuración para adaptarse a la coyuntura poblacional”, citando el ejemplo de la construcción. Esta tendencia, que ahora se ceba con el crecimiento en nuestro país y en tantas otras economías, podría tener, según Miguel Sánchez, una inflexión en el período de dos décadas comprendido entre 2020 y 2040.

El caso japonés, la mayor evidencia del cambio demográfico en las economías desarrolladas

Uno de los casos más claros de envejecimiento de la población, al menos en el mundo desarrollado, es el de Japón. Un país en el que incluso se están registrando cada vez menores tasas de ciudadanos y que, sin embargo, según explica el profesor del instituto Max-Plank, se benefició de los efectos de un auténtico 'baby boom' tras la II Guerra Mundial y que se prolongó hasta bien entrada la década de los setenta del siglo pasado. A partir de entonces, la fecundidad en el país del sol naciente ha venido cayendo, dando lugar al citado envejecimiento poblacional que, explica Sánchez, no podrá ser corregido en el corto o medio plazo a menos que se de la entrada de nuevos e importantes flujos migratorios en el país.

Retos para el futuro

En este entorno, el reto fundamental al que se enfrentan los gobiernos de los países plenamente industrializados va a ser el de mantener su estado del bienestar, especialmente aportaciones como las pensiones y la sanidad o educación pública gratuita. De entre todos esos beneficios que aporta el sistema de vida desarrollado, Miguel Sánchez entiende que lo vital es mantener el gasto en educación, algo que redundaría en una “mayor competitividad”. Para poder realizar las inversiones requeridas para garantizar un apropiado sistema educativo, el experto en demografía sentencia que lo más factible, y a la vez lo menos controvertido, sería incrementar la edad de jubilación, aunque siempre intentando que el mayor ahorro posible no cause una pérdida de competitividad.