Por menos de cuatro euros

Cada vez que retira el cartel de “Libre” de su parabrisas, pasa a ser un hombre sonriente, afable, satisfecho. No le faltan motivos. El próximo mes de abril, o sea pasado mañana como quien dice, cuelga los hábitos. Le quedará lo justo y necesario para ir tirando, él y su mujer. “O no”, dice sin abandonar el buen humor, “que nunca se sabe, cualquier día pasa cualquier cosa y se te acaba todo”.  O toca ayudar a los hijos, añade. Que cuenta dos, y los dos trabajan a día de hoy, pero mañana quién sabe. Y por si acaso hay que apechugar mejor es seguir guardando.

Me bajo de una cortísima carrera de menos de cuatro euros, le doy las gracias y le deseo una feliz jubilación. Y me alejo sombrero recién puesto, y guantes aun por colocar, pensando que si nos gobernaran las personas decentes a las que nunca les ha sobrado, y por suerte tampoco faltado, los telediarios dedicarían su tiempo a lo importante, y no a seguir vendiéndonos un sistema putrefacto.