Respiro en Europa

Europa respira aliviada tras la victoria del conservador Nueva Democracia en las elecciones griegas. 129 diputados que, sumados a los del progresista Pasok, les daría –si llegan a un acuerdo de gobierno- mayoría suficiente para continuar aplicando las directrices del rescate a Grecia. Se impone por lo tanto la tesis europeísta por número de escaños, pero no de votos, ya que no representan ni a la mitad de la población helena. Se demuestra, por tanto, el cansancio de la población helena a las políticas de recorte en un país que lleva 7 años sumido en la recesión, y cinco viendo cómo poco a poco la actividad económica se deteriora hasta quedar parada, y cómo el Estado del Bienestar ha quedado prácticamente desmantelado.

Los líderes europeos pueden respirar tranquilos, por lo tanto, ya que previsiblemente hoy los mercados abrirán al alza, y las primas bajarán al despejarse la gran incógnita griega. Pero no será nada más que un espejismo, ya que Grecia era sólo una de las claves para lo que está en juego en estos momentos: la estabilidad de la zona Euro, y para ello es necesario una acción coordinada por parte de los 27. Unos líderes europeos que siempre reaccionan tarde y mal, como ha dicho en la prensa alemana el presidente del Banco Mundial, ya que todavía no saben muy bien cómo hacer afrontar los desafíos que se avecinan en las próximas semanas.

Para empezar hoy van a recibir sonora reprimenda por parte de sus colegas mundiales en el G-20. Allí los líderes de las principales potencias del mundo se reúnen con un objetivo primordial: convencer a Angela Merkel de que es necesario estimular el crecimiento, para evitar un contagio de la crisis de los periféricos al resto de las economías. Claro mensaje para que ponga en marcha Eurobonos, permita al BCE actuar y, de paso, eche un capote a España y evitar que tenga que ser rescatada. Algo que en el G-20 ven con pavor debido al tamaño que tiene nuestra economía.