La polémica entre los jugadores del Madrid y del Barcelona, que venía de la temporada anterior, se reavivó, sobre todo, en los últimos minutos del partido de vuelta de la Supercopa de España, cuando Marcelo realizó una entrada a Cesc que dio origen a una tangana de la que no escaparon ni los técnicos, dado que Mourinho metió un dedo en el ojo al segundo entrenador del Barcelona, Tito Vilanova. "Supongo que será por la entrada a un jugador rival, se ha tirado y lo de siempre. Hay que aguantar. Todo está dicho de hace tiempo. No tengo que rellenar nada", dijo Casillas tras el choque. Poco después, Xavi contraatacó: "El Real Madrid ha vuelto a quedar retratado. La imagen de hoy ha vuelto a ser lamentable y no se corresponde con la de su institución". También habló Piqué: "Mourinho está destrozando el fútbol español. Que alguien tome medidas, siempre son los mismos".

Una polémica con la que Casillas ha querido terminar con una foto significativa.