Rescates a Grecia: endeudarse para pagar deuda

Grecia se encuentra en ‘estado de mora’ con el FMI por no haber pagado el pasado 30 de junio los 1600 millones de euros que le debía. Tampoco está bajo el paraguas de ningún programa de asistencia financiero, puesto que el segundo rescate expiró el martes. Ante este escenario, los líderes de la Troika, han decidido esperar que tenga lugar el referéndum para continuar con las negociaciones.

Muchas son las voces que aseguran que las Instituciones Europeas le han dado mucho dinero a Grecia. En ese argumento advierten, además, que ese dinero proviene de todos los ciudadanos de la Unión y también de España: Luis de Guindos aseguraba, hace unos días, tal y como recoge EuropaPress, que nuestro país ha prestado a los griegos 26.000 millones de euros. Ese dinero, es el cálculo que el ministro de Economía ha hecho sobre la exposición que tiene nuestro país en Grecia en forma de préstamos bilaterales, avales y aportaciones realizadas a los programas de rescate (no a través de ayuda directa al país heleno).

Atenas ha recibido dinero en forma de rescate en dos ocasiones:

El primero, en el año 2010, dotado en 110.000 millones de euros. Grecia lo recibe en forma de créditos bilaterales que son concedidos por los Estados Miembros y por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de pagar un interés de entre el 5% y el 7%, mucho más de lo que pagaban los Gobiernos de la Unión por financiarse en el mercado. Según el diario El Mundo, España esperaba ganar con esta operación 882 millones de euros.

El entonces primer ministro Giorgos Papandreu acepta esta asistencia monetaria a cambio de recortes salariales en los funcionarios, reducción de pensiones y aumento de impuestos a empresas, el IVA y los especiales sobre combustible, alcohol y tabaco. «Los sacrificios de hoy son duros pero necesarios. Es la decisión correcta», decía Papandreu.

Pero, pese a ese primer rescate, los datos macroeconómicos siguen sin reflejar una recuperación. El déficit público griego tras la primera asistencia financiera sigue subiendo (según datos de Eurostat, en 2010 se eleva hasta los 10,5%).

¿A qué se destino, entonces el dinero si no fue para hacer remontar la economía griega en virtud de la solidaridad con la que la UE se constituyó?

Una de las respuestas la ofreció públicamente el pasado mes de marzo el propio  Paulo Nogueira Batista, representante de Brasil ante la junta directiva del FMI, durante una entrevista concedida a la televisión privada griega Alpha TV. «El FMI no manejó los problemas de Grecia de la mejor manera. Pusieron demasiada presión sobre Grecia y no la suficiente sobre los acreedores de Grecia», asegura el representante del organismo dirigido por Christine Lagarde. Batista aclara en esta entrevista que este primer rescate se presentó como un plan de ayuda a Grecia cuando en realidad fue un dinero que se utilizó para permitir la salida de las entidades financieras de la deuda griega. Es decir, para rescatar a los acreedores privados.

En este sentido, el encargado de auditar la deuda pública de Grecia, Eric Toussaint (doctor en Ciencias Políticas, especialista en deuda externa y con una larga trayectoria de reivindicación para la condonación de la deuda en el tercer mundo) se pregunta: «¿Los prestamistas públicos en 2010 respetaron acaso el principio de autonomía que pertenece al deudor, es decir Grecia? ¿O aprovecharon su desamparo ante los ataques especulativos de los mercados financieros para imponerle contratos que iban en contra de su propio interés?».

SEGUNDO RESCATE

El segundo rescate, concedido entre 2011 y 2012, asciende a 130.000 millones de euros. En esta ocasión el método utilizado no son los créditos bilaterales sino el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF – European Financial Stability Facility). El circuito que recorre el dinero de este fondo financiero (creado en 2010) tiene el siguiente recorrido: el fondo toma prestado dinero de los mercados financieros con el aval o la garantía de los Estados Miembros de la UE y presta a su vez ese dinero a países, en este caso, como Grecia.

En este momento el nuevo gobierno de coalición derecha/izquierda formado en Atenas, con Antonis Samarás a la cabeza, aplica un plan de reformas para seguir recibiendo dinero de las Instituciones. Entre ellas, la privatización de activos como el de loterías, quinielas y autopistas. También pasan a manos privadas la compañía pública de gas (DEPA), la compañía de ferrocarriles, la participación del aeropuerto de Atenas y la venta de cuatro Airbus A340, entre otras medidas.

PETICIÓN DE UN TERCER RESCATE

El pasado 30 de junio, fecha en que expiraba el segundo rescate a Grecia y día también en que terminaba el plazo para pagar 1.600 millones de euros al FMI, el gobierno de Tsipras anunció que no podrá saldar esa deuda y solicitó un tercer rescate. Esta vez, ha pedía un préstamo a la estabilidad financiera dell MEDE en forma de préstamo de dos años y sin contar con el FMI. Según anunció, se trata de un rescate para cubrir las necesidades financieras. El líder de Syriza pedía, además, una reestructuración de su deuda y una extensión del segundo rescate “durante un corto periodo de tiempo” para evitar la quiebra técnica. La respuesta de la Troika ante esta solicitud ha sido unilateral: No a un nuevo programa de ayuda hasta que tenga lugar el referéndum; No a la extensión del programa y No a la «aclamada» quita. Advierten a su vez, que la petición de una nueva ayuda al MEDE «siempre se puede realizar por los procedimientos normales».

María Serrano, corresponsal en Grecia

@Maria_Serrano_