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Contador a cero grados

Acabamos de asistir a uno de los ejercicios más importantes de una sociedad de derecho: expresar su opinión,evaluar la gestión realizada por el gobierno y  valorar con el voto, los programas de los diferentes grupos políticos para mejorar la vida del país en los próximos años. Sin duda los resultados de este ejercicio van cambiando a medida que pasa el tiempo, y como pasa con el cambio climático, en España se ha producido un cambio más que significativo que sin duda comprobaremos en las próximas estaciones del año que comienza y nos hará ver los pronósticos del tiempo de forma diferente a como lo hemos hecho hasta ahora.

Posiblemente a estas horas, todavía los síntomas de la resaca no nos permiten tener todos los datos posibles, sobre todo cuando las combinaciones matemáticas son diversas, pero sí podemos decir que el nuevo gobierno deberá dialogar, dialogar y dialogar  y como consecuencia, pactar, pactar y pactar. Todo ello para afrontar los retos que no sólo marcaran nuestro presente inmediato, sino que dibujaran nuestro futuro. Ese diálogo al que hasta ahora algunos parecían darle la espalda, la sociedad española acaba de exigirlo con el voto. Posiblemente el primer tema y el más importante que tendrá que afrontar el gobierno en un corto espacio de tiempo es el de la situación de Cataluña, y auguro que el siguiente será cambiar definitivamente el modelo de intereses económicos que hasta ahora hemos tenido. La ciudadanía nos ha vuelto a dar su dictamen y los partidos no deberían hacer oídos sordos al mensaje, ya que hacerlo podría tener como consecuencia una desafección y un distanciamiento de la política aún mayores que los que ha habido hasta ahora.

Como comentaba, el dialogo y el pacto harán que se contrasten programas y se definan objetivos, aunque todavía es pronto para saber cuáles serán los pactos para configurar el gobierno. En un primer momento se pueden hacer lecturas de izquierdas y de derechas, pero pronto veremos que esa aritmética tradicional, aunque pueda parecer natural, debe poner encima de la mesa, temas fundamentales como paro, sociedad, economía,  programa y compromisos.

Me gustaría pensar que cuando hablen de prioridades, hablarán de nuestra economía real y del interés general,  y por tanto de cómo mejorar las condiciones para que nuestros emprendedores puedan crear sus proyectos, para que la financiación llegue a los pequeños, para que la fiscalidad sea mucho más justa, y que los que cobran y no pagan sean sancionados, para que la energía no sea la más cara de Europa y se haga una verdadera política energética donde no le pongamos un impuesto al sol, para que exista una verdadera política estratégica en la formación profesional y de transferencia del conocimiento de las universidades, para que la contratación pública no sea el coto de unos pocos, y que la  innovación sea el verdadero motor estratégico.

En definitiva que la prioridad sea hablar de cómo hacer un país más  productivo, competitivo y justo. Ya no toca hacer ni populismo ni falso proteccionismo, ya no toca buscar el voto, no nos deberíamos perder en esta dicotomía y sí centrar bien el acuerdo. Es mucho lo que nos jugamos y una mala planificación y definición de los pactos y/o acuerdos, centrados solo en consolidarse en el poder y no en activar la economía; pueden alterar la emisión de gases y entonces el cambio climático tendría consecuencias incalculables.

La sociedad ha dado una lección en las urnas, ha dicho no al bipartidismo, ha repartido cartas para forzar el consenso de fuerzas. Deberíamos aprovechar la lección y estar a la altura. Tenemos una oportunidad histórica para regular la temperatura de este país. Ha cambiado el clima pero aún es pronto, estamos a cero grados, de momento, ni frío ni calor.

Antoni Cañete

Secretario General de Pimec (Patronal de la Pequeña y Mediana Empresa de Cataluña)

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