Sánchez, a tontas y a locas

Algunos líderes políticos tienen la extraña virtud de hundirse más a medida que más y mejor se posicionan en aquellos temas en los que la ciudadanía les demanda estar posicionados. Verbigracia: Pedro Sánchez y sus apariciones estelares, la última en Cataluña y ante sus adeptos.

Primer aldabonazo: “Pablo Iglesias miente más que habla”. Pues puede ser, y aquí cada cual que se saque las castañas del fuego que ya somos mayorcitos. Pero si para caminar entre aplausos necesitas atacar a un rival del que te reías hasta que las encuestas dijeron que te estaba dando por todos los lados, mal asunto, chico. Tienes que hacértelo mirar.

Segundo asalto: “Mas y Junqueras dicen que se preocupan por el futuro de Cataluña y solo se preocupan de su futuro”. Pues de nuevo puede ser. Pero ateniéndonos a esas mismas encuestas, y si las localizamos en Cataluña, parece que lo más inteligente no es buscar las cosquillas al catalanismo, del que la gente manifiesta su hartazgo, sin que eso repercuta en una mayor repercusión para ti, Pedro Sánchez.

Y tercero y definitivo, de la mano del primer secretario del PSC: “No puede ser que tengamos elecciones todos los años”. Es cierto, Miquel Iceta. Qué desmadre democrático, pardiez. Si me apuras, hasta lo de cada cuatro me parece un exceso. Mira, a la chita callando, a lo mejor era más oportuno tenerlas cada 40 años. Que a este paso es lo que va tardar el PSOE, y eso si tiene suerte, en rascar poder.

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