Los directivos españoles perciben que la corrupción sigue siendo frecuente

Casi un tercio de los encuestados, justificarían estas prácticas por la mala situación económica

La lucha contra la corrupción es considerada una prioridad mundial y uno de los principales problemas a combatir por los gobiernos y las empresas. El 50 por ciento de los directivos españoles percibe que los sobornos y la corrupción son frecuentes a la hora de hacer negocios en el país, según recoge el último estudio realizado por EY Global Fraud Survey.

En este marco, la percepción de sobornos y corrupción en el mundo de los negocios es ahora mayor que en la encuesta anterior, cuando el 28 por ciento de los ejecutivos afirmaban que eran prácticas habituales en España, y supera notablemente el resultado de los 20 puntos que arroja el estudio en Europa Occidental.

Escala puestos en la lista

Este aumento de la percepción de corrupción lleva a España a subir desde la 31ª posición a la 22ª en un ranking que encabezan países como Brasil, Ucrania, Tailandia y Nigeria. Por el contrario, Finlandia, Arabia Saudí, Suecia y Dinamarca son los países en los que existe menos percepción de estas prácticas entre los directivos de las empresas

Según explica Ricardo Noreña, Socio responsable de Forensic de EY, “los últimos escándalos conocidos han coincido con la fecha de elaboración de la encuesta, lo que ha podido incidir en una percepción aún más negativa de estas malas prácticas. Aun así, hay que destacar que España se sitúa en este ranking en un puesto llamativo y es labor tanto de las empresas como de los organismos públicos el luchar contra la corrupción y el fraude, más allá de las medidas que ya se han ido adoptando”.

Algunas justificaciones

Concretamente, en España, casi un tercio de los encuestados aseguró que en ese contexto podrían justificarse los pagos en metálico, frente al  nueve por ciento de Europa Occidental y de los mercados desarrollados o el 16 por ciento de los mercados emergentes. De hecho, nuestro país se sitúa como el octavo del mundo por esta hipotética conducta inapropiada, sólo por detrás de China, Hong Kong, Eslovaquia, Malasia, Grecia, Indonesia y Singapur.

Asimismo, uno de cada cuatro directivos afirma que podría estar dispuesto a pagar con ocio si asegura la continuidad de su negocio –en línea con el resto de las áreas- y el 14% justificaría que les obsequiaría con regalos personales. Un porcentaje que duplica al recogido en Europa Occidental y en el conjunto de los mercados desarrollados.

En cuanto a falsificar los resultados financieros de la empresa, el 12% de los ejecutivos encuestados en España confiesa que podría justificarlo si con ello la empresa sobrevive, lo que supone seis veces más que en Europa Occidental  y que en los mercados desarrollados  y el doble que en los mercados emergentes, con un seis por ciento. Según el estudio de EY, España es el séptimo país en donde más disculparían esta mala conducta, al situarse tras Malasia, Kenia, Arabia Saudí, Hong Kong, Colombia y Filipinas.

Persecución contra el fraude Las crecientes amenazas del cibercrimen y otras cuestiones como la financiación del terrorismo han aumentado la presión sobre las autoridades y las empresas para que identifiquen y mitiguen los problemas de fraude, soborno y corrupción.

La coordinación transfronteriza de los distintos actores para erradicar estas prácticas se ha elevado a un nivel sin precedentes y los países están tomando medidas para fomentar la transparencia y los comportamientos éticos en el mundo empresarial. El estudio muestra que el 96% de los directivos españoles consultados están de acuerdo en que juzgar de forma individual a los directivos ayudaría a disuadirlos de cometer fraude, soborno y corrupción en un futuro.