Los ministros de Economía de los Veintisiete han logrado un acuerdo al segundo intento. Ahora queda negociar con el Parlamento Europeo, pero si nada cambia, la norma va a garantizar que en ningún caso se tocarán los depósitos inferiores a 100.000 euros. Así, los primeros en pagar en caso de problemas para un banco serán los accionistas. Después los poseedores de híbridos, deuda junior, deuda senior y depósitos de 100.000 euros de grandes empresas, Si no es suficiente, entrarán también los de pymes y particulares, que sólo sufrirán pérdidas como último recurso.
Además, en caso de que esas quitas sean insuficientes, se pondrá en marcha un fondo nacional en el que participarán los bancos de cada país. Tendrán que cubrir un 0,8% del total de depósitos protegidos. Y si aun así es insuficiente, entonces sí, será el MEDE quien entre en funcionamiento pero a través de los Estados, nunca directamente en los bancos tal y como se reclamaba desde España.
Este acuerdo supone una de las piezas fundamentales de la unión bancaria, cuyo objetivo es romper el vínculo entre deuda bancaria y deuda soberana y evitar nuevos fiascos como el rescate de Chipre. Y aunque para muchos supone una nueva victoria para Alemania, según el ministro de Economía de España, Luis de Guindos, se trata de un paso en firme en la buena dirección.
