FIDEX: «No tiene sentido que la ingeniería privada adelgace mientras la pública se mantiene o crece»

 

Arrancan los motores del plan que ultima el Gobierno de Mariano Rajoy para reducir el déficit y que probablemente incluirá numerosas privatizaciones. Entes estatales como la operadora ferroviaria Renfe, la responsable de aeropuertos y navegación aérea Aena o paradores nacionales podrían pasar a manos privadas. En este contexto se mira con atención a organismos que en este momento son propiedad del Estado como INECO pero que están participadas en su mayoría por Aena, Adif o Renfe. Desde el Foro de Ingeniería de Excelencia (FIDEX), su secretario general Fernando Argüello, asegura que "es difícil comprar INECO ahora" debido a la dimensión de la institución. “Se debería ajustar el volumen de personal, es descomunal para el Estado español, 3500 personas en una ingeniería estrictamente civil”.

A pesar de ello el secretario general de Fidex destaca que INECO es “la mayor ingeniería civil española” y acapara buena parte del mercado nacional de ingeniería. Y aunque ve complicada su privatización, cree que "no tiene sentido que el sector adelgace mientras que la empresa publica mantiene su dimensión o crece".Por esta razón apuesta por una privatización de la compañía.

Considera que es posible que España se haya aventurado a realizar obras públicas y un ingente gasto en infraestructuras ya que han llegado a estar "infrautilizadas". Para Argüello la causa de este derroche es por "aprovechar la ocasión que nos daba la UE con los fondos de cohesión y los fondos europeos donde recibíamos más fondos al realizar más obra".  En este sentido, desde FIDEX entienden que aunque se ha realizado más infraestructura que la necesaria, es momento de “sacarle el máximo provecho y no abandonarlas".

Desde el Ministerio de Fomento siguen solicitando los servicios de INECO y desde la compañía entienden que esta elección es para “reducir plazos”, aunque no se muestran convencidos de que esa reducción de plazos sea "real y efectiva" porque el desarrollo del trabajo realizado por una sola empresa “pueda llevar un ritmo más lento”.
 
Argüello reconoce que el sector no atraviesa por su mejor momento ya que la facturación del sector de la ingeniería civil ha caído un 19% desde 2008, hasta los 13.700 millones en 2010. En 2011 la caída se acentuó con una bajada en la facturación de más del 16%,  y en este contexto Argüello subraya que ha sido “la caída de licitación” la causa principal frente a la crisis o la morosidad de la administración pública. A pesar de todo, entiende que aunque no se puede paralizar y detener la obra pública porque "siempre hay cosas por hacer". Apuesta a su vez, por mantener "el patrimonio de infraestructuras". Considera interesante aprovechar momentos difíciles como los actuales para llevar a cabo la planificación y realización de proyectos porque "la parte costosa del proceso es la ejecución de la obra".
 
En este sentido considera que se debería invertir en planificar y proyectar obras en este momento. Entre el listado de asignaturas que España tiene en obra pública, Argüello enumera: los problemas de accesibilidad a las grandes ciudades, los accesos fronterizos con Francia (por carretera y por vía ferroviaria), inconvenientes del transporte de mercancías (principalmente por ferrocarril) y la seguridad en presas y embalses, así como la gestión de agua.