¿Se retrasa la publicación de los “test de estrés” por el valor atribuido a los inmuebles?

El pasado 9 de marzo, el BCE emitía un dictamen acerca del Real Decreto-ley 2/2011, de 18 de febrero, para el reforzamiento del sistema financiero español. En el mismo realizaba dos observaciones particulares, siendo la primera de ellas la de que “los métodos exactos de capitalización del sector bancario requieren una valoración crítica del activo del balance de las entidades de crédito en la actual fase recesiva del ciclo económico y en situación de excepcionalidad para parte del mercado, en particular el sector inmobiliario”, y remachaba esta observación con la conclusión de que “aunque hasta ahora el Banco de España ha sido conservador en esa valoración, debería aprovecharse la oportunidad que brinda el Real Decreto-ley para abordar con determinación cualquier duda que persista sobre la misma”

La verdad es que la EBA no ha cometido la indiscreción de descubrir cuáles son aquellas entidades que han aportado esos datos poco consistentes, ni de qué tipo son las suposiciones poco realistas, pero si relacionamos el “hartazgo” que ya comienzan a manifestar el BCE y algunos otros Bancos Centrales, como el alemán, con la pertinaz insistencia en el “disimulo”, de la mayoría de nuestras entidades financieras, en cuanto al “valor” de “sus activos y riesgos” de carácter inmobiliario, estoy convencido que, como en el tradicional juego, estaremos “cerca de quemarnos”.

Pronto veremos como acaba esto, aunque quizás para entonces a alguno le haya dado tiempo de sobra para lograr sus objetivos, incluida la salida a Bolsa como paso previo para su desvinculación de los errores de su pasado, o al menos de sus consecuencias.

José Barta. Consejero Industrial de Livingstone Partners (Banca de inversión)