Stark, a la nevera

Wolfgang Stark era uno de los árbitros que más sonaban para pitar uno de los partidos más importantes del año, la final de la Champions League en Wembley, pero finalmente no será así. El colegiado, que arbitró el partido entre el París Saint Germain y el FC Barcelona del pasado martes, ha sido sancionado por la UEFA por los tres fallos cometidos en perjuicio del club catalán.

 

En el Parque de los Principes de París, en un córner a favor del conjunto francés, Mascherano y Jordi Alba chocaron y se quedaron tendidos en el área. En ese momento Stark debió parar el juego, algo que no hizo. Pero su error no finalizaba ahí. Además, ordenó a los azulgranas abandonar el terreno de juego al ser atendidos, algo que no recomienda el reglamento, y después les permitió entrar por la línea de fondo, mientras que deberían haberlo hecho por el lateral.

 

Por estos tres fallos en la misma jugada, el Comité técnico de arbitraje de la UEFA ha decidido mandar a la nevera al colegiado alemán por entender que la competición se encuentra en una fase decisiva donde cualquier error puede decantar una eliminatoria.