La ministra Filipetti

Doña Aurélie Filipetti, que así se llama la mentecata, y a la que se le presuponen valores republicanos, laicos y franceses, ya me entienden ustedes, dice que la culpa de la crisis de la cultura es de Amazon. Eso y salirse del tiesto son la misma cosa, señora mía. Y como aquí no tengo tiempo ni usted me va a escuchar, no sé si tratar de explicárselo. Pero si esto es lo mejor que tiene usted como receta para la cultura, es mejor que se marche. No mañana, no: hoy, esta misma mañana a ser posible.

El fundador de Amazon, Jeff Brezos, todavía tiene agujetas de la carcajada que le debió entrar anoche. O sea que él solito tiene la culpa de que toda la cultura francesa esté de rodillas en el suelo. Como la española, añadirán de aquí a nada los ministros españoles, o los aspirantes a serlo, que son casi tan inteligentes como la señora Filipetti. A ver, señora mía, y funcionarios mayores del Reino: la cultura está más viva que nunca, entérense. Es la industria cultural, tan del pasado como su caduco sistema político, la que hace aguas. Pónganse proteccionistas si quieren. La Historia, y la razón, soplan en otra dirección. Y ustedes lo habrán de ver.