Son tiempos duros, difíciles y en los que la desconfianza sobre España es máxima. No queda más remedio, por tanto, que fijarse en lo que sucede en el mercado con la evolución de nuestra prima de riesgo, que ayer cerraba en máximos históricos de 511 puntos. De nada sirvieron las palabras de Rajoy asegurando que no habría rescate, ni tampoco la garantía de que Bankia ahora mismo es más solvente que antes.

No se fían los inversores de España. Poco efecto parecen tener las medidas que se adoptan, ni las palabras que pueda enviar el Gobierno. Una crisis de credibilidad que viene de tiempo atrás, motivada sobre todo por la falta de transparencia de instituciones públicas y privadas. Resulta que Bankia y BFA hace 1 mes daban beneficios, ahora pérdidas. Las Autonomías hace 6 meses tenían un déficit, ahora tienen otro. No hay forma de ganar credibilidad, y a cada ejercicio de actualización que se vende como transparente, le siguen otros datos todavía peores.

Pero este martes, y con la bolsa con una caída del 25% en lo que va de año, tenemos una posibilidad de ganarnos esa confianza. Conoceremos datos de ejecución presupuestaria, y veremos si la Administración Central cumple o no con su ejercicio de austeridad. Será una cifra clave, ya que en el primer trimestre el desfase era de 19.696 millones, un 1,85% del PIB, más de la mitad de ese tres por ciento comprometido con la Unión Europea para el Estado.