¿Quién manda en nuestro fútbol?

La respuesta a esta pregunta cada vez resulta más evidente. Poco a poco, los dirigentes de nuestro fútbol dejan más claro que lo prioritario en este deporte no es el espectáculo en beneficio de los aficionados sino de las televisiones. Es cierto que si son los que más dinero aportan a esta estructura en alguna decisión deben intervenir, pero de ahí a la vorágine de horarios que se está provocando esta temporada, hay un trecho. La última necesidad ha sido modificar un calendario establecido en el mes de julio, donde se establecían todas y cada una de las fechas para esta temporada 2012/2013.

 

Este problema se debe a que en el mes de julio no se había llegado a un acuerdo definitivo con los medios televisivos. Dicha negociación se cerró unas semanas más tarde, en concreto el 14 de agosto. En el contrato figuran una serie de clausulas entre las que se encuentra la disposición de 10 ventanas abiertas para que los dos operadores puedan emitir los 10 partidos de Primera. Esto, sumado a la negativa de la AFE a jugar el 23 de diciembre, ha originado el cambio en el calendario.

 

En concreto, los partidos programados para la jornada 17 se tendrán que disputar ahora el jueves, viernes y sábado, y no en el fin de semana normal como estaba establecido. Además, la Copa del Rey es la competición que se ve más afectada, ya que modifica todas las fechas previstas, excepto la final, a partir de la vuelta de los octavos de final. De esta forma, en el mes de enero se disputarán hasta cuatro partidos del torneo del caos, apretando en exceso el calendario, algo de lo que los futbolistas siempre se han quejado.