Sinceramente creemos que esto es ya la gota que colma el vaso, porque tanto automovilistas como conductores profesionales y camioneros están hartos de que la carretera, el automóvil o la profesión de transportista sirvan como soluciones o alternativas para equilibrar presupuestos.
Hace dos años, las asociaciones de transportistas formularon enérgicas protestas por la decisión de las autoridades de Guipúzcoa de cobrar una tasa por cada camión que circulase por las carreteras nacionales libres de peaje que pasan por esa provincia española. Pues ahora, puede llegar el momento en el que haya que pagar por el uso de las carreteras, algo que a nuestro juicio es inadmisible.
Por otro lado, la alta fiscalidad impositiva que afecta al sector de la automoción y el transporte, tanto sobre vehículos como en carburantes, debería dedicarse precisamente, al mantenimiento de las carreteras y servicios anexos. Y eso, sin contar con la notable recaudación de las sanciones por infracciones en el tráfico, que supone un buen “pellizco” y que ayudaría a paliar el déficit y a mejorar la seguridad vial.
Esta política de sacar dinero de donde sea para equilibrar presupuestos negativos debidos al derroche, despilfarro y mala administración del Gobierno anterior, no puede tener como víctimas propiciatorias a quienes, por placer o trabajo, tienen que circular por las autopistas, autovías o carreteras españolas.
